El tailandés suele parecer complicado al principio: un alfabeto nuevo, tonos y palabras encadenadas sin espacios.
La buena noticia es que el tailandés se vuelve mucho más accesible en cuanto dominas el vocabulario diario y tu mente deja de entrar en pánico con su sistema de escritura.
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En tailandés, las vocales pueden colocarse antes, después, encima o debajo de las consonantes, y algunas letras ni siquiera se pronuncian. Confiar solo en la romanización te frenará muy pronto.
Las mismas consonantes y vocales pueden decir cosas distintas según el tono con que se pronuncien.
El tailandés se escribe sin espacios, así que leerlo se siente como descifrar un código.
Cada tarjeta conecta el sonido con el significado, no solo con la traducción. Puedes repetir la pronunciación y los ejemplos todas las veces que quieras.
No eliges qué repasar: el sistema te muestra las palabras justo a tiempo, para que pasen de «me suena» a «lo recuerdo».
Del tailandés a tu idioma: entiende rápido y sin esfuerzo. De tu idioma al tailandés: entrena la memoria activa para hablar. La práctica inversa se desbloquea más adelante, cuando tenga sentido para ti.
Empieza con vocabulario seleccionado por temas y niveles. También puedes armar tus propios conjuntos usando el banco de palabras integrado.
Sigue una rutina sencilla y deja que la app organice los horarios por ti.
Una sola norma clave: no saltarse los repasos. Ahí es donde el cerebro fija lo aprendido.
Empieza sin costeSon pequeños matices, pero marcan la diferencia para que tu tailandés suene natural y respetuoso.
Encontrarás patrones como «one item of …». Apréndelos como pequeñas frases hechas, no como reglas gramaticales aisladas.
El tailandés está lleno de combinaciones habituales. Aprender la frase completa te ahorra traducciones literales incómodas más adelante.
Convierte el estudio en un hábito diario con My Lingua Cards y aprende solo las palabras que de verdad usas.