Aprendes una lista de palabras nuevas, te sientes súper orgulloso… y una semana después casi han desaparecido. Parece que tu cerebro está jugando en tu contra. En cierto modo es verdad, pero lo hace de forma muy predecible y muy científica.
Ese patrón tiene nombre: la curva del olvido de Ebbinghaus. Cuando la entiendes, puedes usarla a tu favor en vez de luchar contra ella.
En este artículo te explico la curva del olvido con palabras sencillas y te cuento cómo My Lingua Cards la usa en segundo plano para devolverte las palabras justo cuando estás a punto de olvidarlas.
¿Qué es la curva del olvido de Ebbinghaus?
En el siglo XIX, un psicólogo alemán llamado Hermann Ebbinghaus hizo experimentos sobre lo rápido que la gente olvida información nueva. Descubrió algo incómodo, pero muy útil:
- Después de unos 20 minutos, puedes haber olvidado alrededor del 40 % de lo que has aprendido.
- Después de un día, puedes perder alrededor del 70 %.
- Después de seis días, normalmente has olvidado casi todo si no lo has repasado.
Si dibujas esto en un gráfico, parece un tobogán muy empinado hacia abajo. Al principio recuerdas mucho. Luego la memoria cae rapidísimo. Esa forma es la curva del olvido.
Tu cerebro no es vago. Intenta ahorrar energía. Si no usas una información, decide que no es importante y la manda a la papelera.
Por qué esto golpea tan fuerte a quien aprende idiomas
El vocabulario es especialmente vulnerable a la curva del olvido:
- Aprendes diez palabras nuevas por la noche.
- Al día siguiente, ya faltan unas cuantas.
- Una semana después, solo una o dos te suenan de verdad.
Si solo “empollas” palabras, es decir, las repites mil veces en una sola sesión y luego pasas a otra cosa, casi todo se queda en la memoria a corto plazo. La curva del olvido borra tu esfuerzo en los días siguientes.
Por eso tanta gente dice cosas como:
- “He estudiado horas, pero nada se me queda.”
- “Reconozco la palabra, pero no me sale cuando hablo.”
El problema no eres tú. El problema es cómo gestiona el cerebro la información que no se usa.
El truco sencillo: interrumpir la curva en el momento justo
La buena noticia: la curva del olvido no es fija. Cada repaso bien colocado la levanta otra vez. Si vuelves a mirar una palabra justo antes de olvidarla, tu cerebro recibe una señal muy clara:
“Ah, esto lo volvemos a usar. Guárdalo.”
Esta idea es la base de la repetición espaciada, un método en el que repasas la información en intervalos inteligentes y cada vez más largos, en lugar de repetirla veinte veces seguidas.
Un patrón típico para una palabra nueva puede ser:
- primer repaso: a los pocos minutos de aprenderla
- segundo repaso: un par de horas después
- tercer repaso: al día siguiente
- luego a los 3 días, 7 días, 2 semanas, 1 mes…
Cada vez que recuerdas la palabra, el hueco hasta el siguiente repaso se hace más largo. Si la olvidas, el sistema te la devuelve antes.
En vez de una gran sesión agotadora, tienes repasos cortos y muy concretos que le dicen a tu cerebro: “esta palabra importa, no la borres”.
Por qué las fichas de papel van con desventaja
Puedes intentar copiar este sistema a mano con fichas de papel y cajitas de “repasar en 1 día”, “repasar en 3 días” y así. Algunas personas lo hacen, pero es un lío:
- Tienes que calcular todas las fechas tú.
- Estás moviendo tarjetas de un sitio a otro todo el rato.
- En cuanto la vida se complica un poco, el sistema se rompe.
Además, las fichas de papel normalmente no tienen audio, así que solo entrenas los ojos, no el oído ni la pronunciación.
Ahí es donde, en mi opinión, las herramientas digitales tienen una ventaja enorme.
Cómo usa My Lingua Cards la curva del olvido por ti
My Lingua Cards está construida alrededor de la repetición espaciada, no como un extra, sino como el motor principal. No tienes que pensar en fechas, intervalos ni cajitas. Simplemente entras y repasas lo que está programado para hoy.
Detrás de la pantalla pasan varias cosas interesantes.
1. El sistema sigue cada palabra por separado
Para cada palabra, My Lingua Cards guarda una mini-historia de cómo te ha ido:
- ¿La has recordado con facilidad?
- ¿Has dudado?
- ¿La has olvidado por completo?
Si una palabra la dominas, el siguiente repaso se mueve más lejos en el tiempo. Si te cuesta, vuelve antes. Así pasas la mayor parte del tiempo con las palabras que de verdad corren peligro de desaparecer.
2. Las palabras aparecen justo en el borde del olvido
La idea es simple: enseñarte la palabra justo antes de que se caiga de tu memoria.
Desde tu perspectiva, esto se siente casi mágico:
- De repente aparece una palabra que no veías desde hace tiempo.
- Piensas: “Sí, me suena… pero por los pelos.”
- La recuerdas con éxito… y el recuerdo se vuelve mucho más fuerte.
Ese es exactamente el punto dulce donde la curva del olvido está a punto de caer y el repaso la vuelve a subir. My Lingua Cards está ajustando constantemente estos momentos para cada palabra que aprendes.
3. El audio convierte cada repaso en mini práctica de escucha
Cada ficha en My Lingua Cards viene con audio nativo claro. Cuando tocas para escuchar la palabra, no solo repasas; también entrenas tu oído y tu pronunciación al mismo tiempo.
Creas un recuerdo que conecta:
- sonido
- significado
- escritura
Este tipo de memoria multisensorial es más estable y necesita menos repasos en total para quedarse a largo plazo.
Si quieres profundizar más en la parte de audio, en My Lingua Cards tenemos también una guía específica sobre cómo aprender vocabulario con audio y no solo con texto.
4. Dos direcciones: de “lo reconozco” a “lo digo sin pensar”
Recordar una palabra cuando la ves no es lo mismo que sacarla cuando hablas. Por eso My Lingua Cards entrena las dos direcciones:
- Lengua objetivo a lengua materna: ves la palabra en el idioma que estudias y entiendes su significado.
- Lengua materna a lengua objetivo: ves el significado en tu idioma y tienes que decir la palabra extranjera tú.
Las fichas solo desbloquean la segunda dirección después de varios repasos exitosos en la primera. En la práctica, la app espera a que la palabra sea lo bastante sólida en tu memoria pasiva antes de pedirte que la produzcas activamente.
Desde el punto de vista de Ebbinghaus, es lo más lógico: primero estabilizas el recuerdo con repetición espaciada y luego empiezas a estirarlo hablando.
Si te interesa más este paso de “conozco la palabra” a “la uso al hablar”, también lo explicamos a fondo en nuestro artículo sobre cómo pasar de vocabulario pasivo a activo.
Qué deberías hacer en tu día a día
No necesitas entender las fórmulas detrás de la curva del olvido para aprovecharla. Una rutina sencilla basta:
Abre My Lingua Cards una o dos veces al día.
Limpia las tarjetas que están pendientes hoy. Confía en que el sistema las ha elegido por algo.
Cuando veas una tarjeta:
- Mira la parte delantera.
- Di la respuesta en voz alta antes de darle la vuelta.
- Escucha el audio y copia la pronunciación.
No hace falta hacer maratones. A menudo, 10–20 minutos al día son suficientes, siempre que seas constante. Sesiones cortas y regulares funcionan mucho mejor con repetición espaciada que sesiones largas y raras.
Si te cuesta mantener la constancia, te puede ayudar combinar este sistema con estrategias sencillas de hábitos, como estudiar siempre a la misma hora o enganchar tu repaso a otra rutina diaria (por ejemplo, justo después del café).
Llamada a la acción suave: deja que el sistema recuerde los tiempos por ti
Si estás cansado de aprender siempre las mismas palabras y sentir que se te escapan, el problema real no es tu fuerza de voluntad. El problema es que las repasas en el momento equivocado.
La curva del olvido de Ebbinghaus explica por qué pasa. La repetición espaciada es la solución. Y My Lingua Cards está diseñada para hacer el trabajo pesado por ti:
- sigue tus palabras una por una,
- las saca justo en el borde del olvido,
- y combina todo eso con audio, ejemplos y práctica en las dos direcciones para que puedas usarlas de verdad cuando hablas.
Si quieres ver cómo se siente esto en la práctica, crea una cuenta gratuita en mylinguacards.com y prueba a vaciar tus tarjetas programadas durante unos días seguidos. Fíjate en cuántas palabras “casi olvidadas” empiezan a sentirse sólidas otra vez.
Esa es la curva del olvido trabajando a tu favor, no en tu contra.